¡¡¡TODO COMENZÓ, BAILANDO!!!

Dejamos de ser dos, Bailando…El ritmo nos unió, Bailando…Perdimos en control, Bailando…

Cuando una pareja deja de ser dos, y logran ser uno, a través del baile, es un momento “Mágico”.

Los años pasan, y lamentablemente el diario vivir y el continuo ajetreo suele ser el culpable de la perdida de conexión en la pareja. El amor no se pierde, simplemente la conexión perece.

Debemos cuidar y nutrir ese sentimiento de compartir, de sentirnos que todavía “nos falta el aire” cuando vemos a esa persona por la que en un momento sentimos “esa química” que nos unió. Puede ser que haga falta “re-conectar” y a través del baile todo puede re-comenzar.

El baile tiene numerosos beneficios, no solo es saludable por el hecho de ser una forma divertida de hacer ejercicios, también crea las conocidas “hormonas del amor”, u “hormonas de la felicidad”, las Endorfinas. Cuando uno se enamora, al estar en contacto con la persona amada, libera endorfinas. Es así como comienza el sentimiento de bienestar que experimentamos y que atribuimos a esta presencia casi “mágica” de la pareja.

Este proceso biológico puede durar días, semanas o meses, pero tiene una fecha de expiración. Una vez que eso pasa comienzan a funcionar en la relación el componente emocional y no el biológico. Es decir, los lazos de afecto creados por la comunicación, el compañerismo, la alegría y el compartir con la otra persona.

El baile, además de ser una buena opción para reducir el estrés y superar la timidez, también estimula la circulación sanguínea y mejora la flexibilidad. En el caso de las parejas, el baile es una buena opción para romper la rutina y cuando mires a tu pareja a los ojos, en ese momento analiza lo cerca o lejos que puedes estar emocionalmente de esta. Ahí puede comenzar la aceptación de la necesidad de mejorar la relación y volver a conectar, a revivir lo que en un momento sentían el uno por el otro.

El baile es una afición que siempre une a los que la practican, “un lenguaje universal que atraviesa cualquier frontera”. Si el baile se convierte en un hobby tiene la capacidad de absorber nuestra atención, de motivarnos, de apasionarnos, incluso de dar más sentido a nuestras vida. De cualquier forma es quizás la actividad más completa, divertida y sana que podemos realizar. El baile es universal y no discrimina por edad, creencias, color o raza.

Sin duda, no hay mejor fuente de salud que el baile. Entonces, sigamos ¡¡¡Bailando!!!

Jackie Espinosa

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