El embarazo y el dolor de espalda

Estudios han demostrado que alrededor del 50% de las mujeres desarrollan dolor de espalda en algún punto del embarazo. Entre el aumento de peso y los diferentes cambios que están ocurriendo en su cuerpo; la espina dorsal (y en especial la espalda baja) comienza a sufrir y, se produce inflamación, incomodidad y/o dolor de cuello, espalda baja y hasta adormecimiento de los brazos y piernas. 

El aumento de peso (25 a 35 libras) en el vientre causa 

un aumento en la curva de la espalda baja, presiona los discos y las articulaciones de la espina dorsal y de las extremidades bajas (como la rodilla, tobillos, etc.). Como resultado, se forman inflamación de los músculos y articulaciones que, a su vez originan mucho dolor. Si estos cambios de la espina no se corrigen, pueden causar complicaciones al momento del parto, ocasionar condiciones crónicas y afectar la habilidad de la madre de cuidar el bebé luego de dar a luz. 

La buena noticia es que las mujeres embarazadas responden favorablemente a los cuidados quiroprácticos. Los doctores en quiropráctica pueden ayudar a aliviar y manejar estos dolores atraves de varios procedimientos y técnicas especializadas para la mujer embarazada. Aparte de los tratamientos quiroprácticos, el doctor podrá recomendar algunos ejercicios y estiramientos terapéuticos para ayudar a la espina a tener un mejor soporte y postura. 

 

En estos tratamientos se obtienen resultados como:

• Reducción de tiempo de parto

• Prevención de cesárea

• Mantener una postura correcta

• Aliviar dolores de cabeza, espalda, cuello y hombros 

• Reducción de adormecimiento/dolor de las manos y piernas

Los masajes terapéuticos también son muy efectivos para 

mantener los músculos relajados, disminuir dolor por el estrés y la inflamación espinal. Es importante mencionar que durante el primer trimestre del embarazo no es indicado tener masaje 

corporal.

Una consejería nutricional específica para una mujer 

embarazada también ayudará a mantener un buen peso, nivel de energía, salud de la madre y hasta prevenir defectos de nacimiento del bebé.

El cuidado quiropráctico es una excelente alternativa a 

las medicinas para el dolor y para no tomar medicamentos que puedan afectar el bebé. Y estudios han comprobado que no hay ningún riesgo para la madre o el feto cuando se es tratado por un quiropráctico entrenado.

Otro estudio demostró que las mujeres que recibieron 

cuidado quiropráctico en su primer embarazo duraron un 24% menos tiempo de parto que el grupo que no lo recibió. Sin embargo, en las mujeres que ya habían tenido hijos se reportó un 39% menos tiempo de parto al ser tratadas por un quiropráctico. 

En adición, un 84% de las mujeres tratadas por quiroprácticos reportaron mejoría del dolor de espalda durante el embarazo. 

La Asociación Internacional de la Quiropráctica recomienda que la mujer reciba cuidado quiropráctico durante su embarazo para establecer un balance de la pelvis y optimizar el espacio para el bebé. Con una pelvis balanceada el bebé tiene mejores posibilidades de moverse en la posición correcta para su nacimiento. La frecuencia del tratamiento puede fluctuar 2-8 veces por mes. 

Entre las recomendaciones más comunes para las mujeres embarazadas están:

• Ejercicio liviano para fortalecer los músculos de la espalda. 

• El yoga y ejercicios en la piscina están entre las mejores alternativas.

• El uso de zapatos apropiados, cómodos y bajos para prevenir que el problema en la espalda se empeore como también evitar caídas que puedan afectar la salud del bebé.

• Evitar levantar un objetos pesados.

• Elevar las piernas cuando estén muy cansadas.

• Al dormir, hacerlo de lado y colocar una almohada entre las piernas para disminuir la presión en la espalda baja y las caderas

El quiropráctico también puede evaluar la espina y tratar 

condiciones de la espalda antes del embarazo para evitar 

causantes de incomodidad, dolor y/o complicaciones. Luego de dar a luz, es importante que el quiropráctico trate la espina dorsal y pelvis para asegurar que las articulaciones, músculos y ligamentos regresen a su normalidad.

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