Como pensar diferente

Tener un pensamiento crítico es una habilidad requerida en muchos trabajos. Pero, ¿cómo puedes pensar diferente si nunca lo has hecho? El primer paso para conseguirlo es hacer cosas diferentes. Después de poner en práctica esta pequeña guía que te propongo, estarás preparada. Pensar diferente no es solo un desafío para una misma, es un atrevimiento. Proponer ideas novedosas, tener opiniones alternativas y ver el mundo con más matices y colores que luces grises, es toda una osadía en esos contextos habitados por personas que piensan de manera semejante. Sin embargo, nada es tan relevante para nuestro desarrollo personal que dar paso a esa renovación mental.

Decía Steve Jobs que pensar diferente es atreverse a derrocar al fracaso. Sin embargo, nada resulta tan difícil que salir de ese molde, que sobreponernos al error, a la crítica y a esos fracasos cotidianos que experimentamos de forma regular, y donde quedamos habitualmente atrapadas. Si esto es así es porque no siempre confiamos en nuestras habilidades, ni damos el paso a concebirnos de manera diferente, a dejar de emitir esos pensamientos y comportamientos alineados que nos sitúan siempre en los mismos territorios.

¿Cómo aprender a pensar diferente?

Pensar diferente, implica desarrollar otros tipos de capacidades. Y como tal no es sencillo, no es algo que se consiga en dos días o en seis meses. Exige disciplina, voluntad y una dosis de atrevimiento, de dejar a un lado al miedo al “qué dirán” para transformarnos en esa persona que de verdad deseamos ser. 

Conocer nuestros hábitos mentales

Todos tenemos una visión de lo que nos envuelve, de lo que es el mundo. Ahora bien, en ocasiones nos volvemos “adictos” a un mismo enfoque, limitando por completo nuestras alternativas. Debemos ser capaces de ponernos en situaciones que desafíen esos enclaves oxidados para poder desarrollar múltiples perspectivas mentales. 

Cuando hay un problema o queremos hacer algo nuevo, lo primero que hacemos es utilizar los recursos que estamos acostumbrados a utilizar en nuestro día a día. En las situaciones que resuelves un problema, esto se debe que ya lo sabemos hacer, estamos en nuestra zona de comodidad, ¿ahora qué pasa cuando no podemos resolver o no tenemos idea de cómo comenzar? Simplemente estamos ante situaciones que no habíamos tenido alguna experiencia y no sabemos cómo manejarlo. Puede ser que una de las principales barreras que tenemos para resolverlo sea nuestras creencias, nuestra postura ante eventos religiosos, morales, nuestros valores, leyes, etc. Nuestras creencias nos forman, si por alguna razón, creemos que no tenemos mucha imaginación, le estamos diciendo a nuestro cerebro que no podemos hacerlo y eso pasará, nosotras mismas nos estamos limitando a pensar diferente, tendremos una actitud que no nos moverá de esta posición. El trabajo para cambiar nuestras creencias no es sencillo, no se cambia de la noche a la mañana, es un proceso para cambiar nuestras creencias. Puedes hacer una lista de las cosas que crees que dirigen tus acciones, en ella puedes anotar las creencias que influyen en ti, como la cultura, religión, familia, tu entorno, tus miedos, tus sueños, tus emociones, cómo resolvemos un problema, etc. Con este listado puedes tener una idea general puedes que no solo te dé una idea de lo que te guía en realizar tus actividades (y que te limiten), puede que te indique cuáles son tus pasiones y a donde deseas ir. Al conocer las creencias que nos limitan, nos puede dar una idea de lo que debemos cambiar. Por ejemplo, si pensamos que la manera de cómo comportarnos (nos genera algún problema) está influenciado por las costumbres familiares, puede que sea necesario hacer un cambio en nuestros hábitos, debemos salir de nuestra comodidad para aprender nuevos comportamientos.

No tengas miedo a pensar diferente

Es frecuente que las personas se burlen de otros cuándo hacen cosas diferentes, recuerdo en más de una ocasión, cuando una persona hacia cosas diferentes y era objeto de burlas de otros compañeros, esta persona persistía, poco a poco, sus ideas fueron tomando forma y las personas que se burlaban, ya no lo hacían, sino que admiraba a esta persona. Desde que somos pequeñas, no nos gusta que se burlen de nosotras, nos sentimos mal, el problema que muchas personas no saben manejarlo de adulto. Quisiéramos que las ideas que tuviéramos funcionaran a la primera, por lo que muchos abandonan sus ideas porque no saben si funcionarán y no quieren fracasar, queremos tener la idea perfecta para comenzar, el problema es que no sabemos si es perfecta o no. No esperes a tener la idea perfecta para empezar, para muchas, esperar el momento perfecto es la justificación perfecta para no iniciar. Es frecuente que las personas acepten ideas que vaya en dirección a la manera que piensan, si las ideas no las entienden o no están de acuerdo, puede que la critiquen, por lo que no deberíamos dar mucha importancia a sus comentarios, ahora bien, deberíamos recibir sugerencias, puede que tengan algo de razón y podamos aprender de ello. 

Tu Coach,

Jaleez Fonseca

Deja tu comentario

Sign up for our Newsletter